La Psicología aplicada a la Mediación Familiar y Resolución de Conflictos Relacionales
¿Quién no ha tenido o mantiene en la actualidad un conflicto o problema con algún familiar, amistad, compañero de trabajo, vecino… que no consigue resolver, ha acabado por encallarse, llegando incluso a ‘tirar la toalla’, con la frustración, desgaste emocional y otras consecuencias que todo ello conlleva?
Estas situaciones son más habituales de lo que podamos imaginar, ya sea por mantenerse rígidos los puntos de vista o porque las personas solemos enfocarnos más en las dificultades que en las vías de solución.
La mediación resulta de gran ayuda al tratar de solucionar aquellos conflictos ‘enquistados’ entre dos o más partes, guiándolas en el proceso, ayudando a suavizar las respectivas posiciones, a encontrar puntos de diálogo y entendimiento, con actitud positiva y constructiva, con el objetivo de llegar a conciliar y restaurar la relación entre ellas antes de que quede demasiado deteriorada, incluso rota durante años o para siempre.
Mi función como mediadora consiste en ofrecer un lugar tranquilo y neutral, así como el tiempo y espacio necesarios para que las personas que desean solucionar sus diferencias, hasta entonces aparentemente irreparables, puedan expresarse y dialogar en un ambiente amable y respetuoso.
Al activarse la comunicación efectiva se puede conectar de nuevo, comprenderse mutuamente y empezar a ‘aflojar nudos’ que antes no se lograban desatar.
Con diálogo y buena predisposición se pueden suavizar y acercar posturas y buscar vías de entendimiento. Incluso llegar a acuerdos satisfactorios para todos, partiendo del reconocimiento y expresión honesta de los propios sentimientos y necesidades, a través de peticiones claras y razonables, y construyendo juntos soluciones constructivas.
Dejando atrás el enfrentamiento para aprender a resolver los conflictos interpersonales desde la cooperación y la colaboración.